El delicado control de las úlceras por presión
Desde buscadorderesidencias.info queremos hacernos eco de una queja que nos suelen trasladar muchos de nuestros usuarios en relación a las úlceras por presión que sufren sus residentes. Por desgracia, en la inmensa mayoría de los casos ocurren cuando hemos derivado a un residente a un hospital, eso sí, siempre y cuando no existan muchos problemas vasculares previos.
Como bien sabes, existen una serie de factores de riesgo, como son la inmovilidad, la incontinencia, la nutrición e hidratación suficientes, así como posibles acciones médicas o de enfermería que puedan afectar al flujo sanguíneo de la zona. En ese sentido, nos debemos centrar, en este caso, en aquellas escaras que nos encontramos cuando dan de alta a un usuario desde un hospital.
Si bien es cierto que los hospitales están cada vez más concienciados al respecto, el personal de los hospitales no suelen fijar las pautas adecuadas para el reposicionamiento en la cama, o bien en las sillas de sus habitaciones, sobretodo en pacientes con demencias. Además, las restricciones en los acompañamientos de los usuarios que se derivan a los hospitales, hace que el control en dichos hospitales sea todavía más complicado, por no ser imposible.
¿Y qué nos solemos encontrar una vez dan de alta nuestro residente y tiene que volver al Centro?
Pues nos encontramos con úlceras por presión en diferentes estadíos, siendo las de grado 2, que al cabo de las pocas horas pueden llegar a convertirse en grado 3 si tomamos consciencia y controlamos correctamente la cura y su evolución. Más allá de la escala de Braden, la mejor manera para conseguir, tanto prevención como tratamiento, es el reposicionamiento y la movilización frecuente del residente. En ese sentido, los cambios de turnos en las residencias, es decir, cuando muchas manos tratan la movilización del paciente, suponen un factor de riesgo añadido, tanto a la prevención como al tratamiento. Es evidente que el personal de enfermería debe valorar cada día la evolución de la úlcera, pero para ello es del todo crucial que los cambios de pañal y los cambios posturales queden absolutamente registrados y grabados ya que ponemos en riesgo la salud de los residentes.
Evidentemente, no es suficiente que esos cambios se anoten en una hoja con las “iniciales” del personal que ha procedido a dichos cambios ya que, al final, el responsable último de la evolución de dichas úlceras es la dirección del Centro en cuestión. La prevalencia de úlceras por presión en usuarios de residencias es un indicativo de que, por supuesto, algo no está funcionando bien y que la vigilancia de ese indicador está totalmente fuera de control.
Sin duda, es del todo necesario que todos estos datos de cambios posturales o cambios de pañales queden absolutamente gravados en el curso clínico de los usuarios, para que el control de la evolución de las úlceras sea estricto ya que, de no ser así, se pueden derivar responsabilidades penales al respecto. Por ese motivo, un programa de gestión de residencias que permita ese control, como GDR, es fundamental para la prevención y tratamiento de las úlceras. En ese sentido, si existiese cualquier reclamación por parte de la familia en el caso que el usuario tuviese úlceras por presión, incluso si se producen en el hospital, si tenemos todas las curas registradas en GDR la responsabilidad no sería de nuestro Centro, sino del hospital en el cual ha estado derivado el residente.
Los principales obstáculos que existen a la hora de luchar contra las UPP son, por este orden:
- Falta de objetivos y directrices organizacionales por parte de la dirección, así como carencias en la comunicación, falta de compromiso, implicación e interés.
- Fallos en la gestión por ausencia de cultura basada en el trabajo en equipo, innovación y/o mejora de la calidad.
- Ausencia de monitorización.
- Falta de documentos de práctica clínica -GPC, protocolos, vías clínicas, etc.- y/o déficits en su elaboración, uso y conocimiento, así como falta de actualización y diseminación de los mismos.
Todos estos obstáculos se eliminarían o reducirían con el correcto uso de un programa de gestión de residencias como GDR, ya que permite una monitorización continua, permite la mejor coordinación de los equipos y, por supuesto, todo tratamiento y prevención de las UPP queda absolutamente documentado en la historia clínica de cada usuario. Por lo tanto, con el uso de un programa de gestión de residencias como GDR, podremos adoptar las siguientes medidas:
- Uso de registros estandarizados para la valoración del riesgo y la reevaluación del mismo, valoración integral del anciano, valoración de la lesión, planificación de medidas preventivas y de tratamiento,…
- Clarificación de responsabilidades de los profesionales en las distintas etapas del proceso de atención.
- Normalización del uso de los materiales preventivos y terapéuticos (apósitos, SEMP,…).
- Control económico y registro de costes de los recursos utilizados.
- Integración en el proceso de cuidados de la información a pacientes y familiares.
- Evaluación y monitorización
- Evaluación continua y permanente, dirigida a medir resultados, desarrollo y estructura.
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