
La nueva Ley del Medicamento: qué cambia en las residencias de mayores y cómo afrontarlo
La reciente aprobación del anteproyecto de la Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios en España supone un avance importante en la atención sanitaria, especialmente en entornos como las residencias de mayores. Entre los cambios más relevantes destaca la posibilidad de que fisioterapeutas y enfermeras puedan prescribir determinados medicamentos dentro del ámbito de sus competencias. Esta medida tiene el potencial de mejorar significativamente la agilidad y eficacia en el tratamiento de las personas mayores, que a menudo requieren atención constante y personalizada.
En el caso concreto de las residencias, esta reforma podría facilitar el acceso rápido a tratamientos comunes, como analgésicos locales o antiinflamatorios, sin necesidad de esperar a un médico para la prescripción. Esto cobra aún más relevancia si se tiene en cuenta que muchos residentes presentan dolencias crónicas o limitaciones físicas que requieren atención continua.
No obstante, esta buena noticia se ve matizada por la realidad actual de algunas comunidades autónomas. Por ejemplo, en Castilla y León se ha eliminado recientemente la obligatoriedad de contar con personal sanitario cualificado —como enfermeras y fisioterapeutas— en las residencias. Esta decisión ha sido duramente criticada por sindicatos y asociaciones del sector, que alertan sobre el impacto negativo que esto podría tener en la calidad asistencial de las personas mayores. En otras palabras, de poco servirá permitir a ciertos profesionales recetar medicamentos si, en la práctica, no están presentes en los centros donde más se necesitan.
A esta situación se suma otra dificultad: la normativa vigente impide que las farmacias suministren medicamentos sin receta a las residencias, obligando a las familias a cubrir el coste completo si no se cuenta con una prescripción previa. Esto puede convertirse en un problema serio, sobre todo para aquellas familias que ya hacen un esfuerzo económico importante para costear una plaza residencial.
Y es que, como bien se sabe, los costes de una residencia privada en España pueden superar fácilmente los 2.000 euros mensuales. Para muchas familias, afrontar esta cantidad supone un verdadero desafío, y más aún si se suman otros gastos médicos o de dependencia. En este contexto, cada vez más personas buscan soluciones financieras que les permitan acceder a una atención adecuada sin tener que desprenderse de su patrimonio.
Una de las opciones más innovadoras en este ámbito es Pensium, un programa que permite cubrir los gastos de residencia o cuidados en casa mediante el anticipo del alquiler de la vivienda del mayor, sin necesidad de venderla ni contratar hipotecas. El proceso es ágil, sin avales ni complicaciones, y permite a las familias conservar la propiedad del inmueble mientras obtienen los recursos necesarios para una atención de calidad. Además, Pensium se encarga de gestionar todo, desde posibles reformas en la vivienda hasta su alquiler, lo que alivia notablemente la carga administrativa.
En definitiva, la nueva Ley del Medicamento representa un paso adelante en la mejora del sistema sociosanitario, pero para que su impacto sea real, debe ir acompañada de políticas que garanticen la presencia de profesionales en las residencias y de soluciones que ayuden a las familias a asumir el coste de estos servicios. Programas como Pensium se convierten en aliados clave para que el acceso a una atención digna y profesional no dependa exclusivamente de los recursos económicos.